Vozpópuli | 19 diciembre 2016
La desprotección de la regulación
Miguel García Stuyck opina en Vozpópuli sobre la necesidad de equilibrar el objetivo proteccionista de la regulación con el potencial efecto negativo que los excesos regulatorios pueden acarrear.
La acumulación de exigencias regulatorias, en el contexto de la frenética actividad legislativa europea, está obligando a la comunidad empresarial y financiera a establecer protocolos y políticas internas que consumen recursos humanos y de capital cada vez más sustanciales. Ante este escenario, los órganos reguladores, y más aún los legislativos, deben mantener en su perspectiva los principios y objetivos a los que, al menos en parte, debería obedecer el ingente incremento de las obligaciones de cumplimiento normativo (compliance). A mi entender, el espíritu regulatorio incorpora la función proteccionista del consumidor, el inversor minorista, el cliente minorista de los servicios de banca, y, en resumen, los sujetos menos protegidos en la globalización económica-financiera. Por tanto, los responsables legislativos deben equilibrar el objetivo proteccionista de la regulación con el potencial efecto negativo que ésta puede causar a medio y largo plazo a aquellos a los que intenta proteger.
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